La Tana y la dulzura del flamenco
La Tana empezó con trece años en tablaos y salas de Sevilla como el de la calle Salado, La Campana, Los Gallos y lo que es ahora La Madrugá. Por ahí la vió Joaquín Cortés y se fue con su compañía tres años, durante los que también trabajó con Farruquito, Antonio Canales… Se dedicó esos años a cantar para bailar. Después conoció al maestro Paco de Lucía y se vio cumplido el sueño.
Paco de Lucía la ha tocado con su varita mágica. Con un disco debut producido por el maestro, La Tana ya tiene convertido en realidad su sueño. Antes se ocupó de medirla en la gira de «Cositas Buenas», disco en el que pone voz a los tangos que le dan título. Y su nombre empezó a sonar. La joven cantaora sevillana venía curtida de familia, de tablaos y de compañías de baile como la de Joaquín Cortés, pero de ahí a que cientos de personas la aclamen en los escenarios… La primera gala de «Tú, ven a mí» en Málaga le produjo escalofríos. —«A mí me da hasta vergüenza que tanta gente venga a verme, pero mi madre me dice que no sea tonta, que es lo que siempre ha querido». Y entonces mira al público, mira a sus músicos, se transforma y disfruta a tope estos primeros pasos de una carrera cantaora que espera larga y pausada.